Hormigón y sus características
Se conoce como hormigón a un material empleado específicamente en la construcción. Es el resultado de la unión de un aglomerante (generalmente cemento), arena, piedra picada y agua. En algunos casos se le agrega una clase de aditivo, para mejorar sus propiedades o para acelerar/disminuir su fraguado. También es conocido con el nombre de concreto.
La más destacada característica estructural del hormigón es su resistencia, especialmente a los esfuerzos de compresión. No obstante, su «comportamiento» no es muy bueno cuando se somete a esfuerzos de tipo flexivo, de tracción, cortantes y otros. Por esto se suele incluir acero, obteniendo el conocido hormigón armado, el cual es muy resistente a diferentes situaciones.
Existen otras cualidades de importancia, como su consistencia, homogeneidad, docilidad y el hecho de poseer una masa específica. Sin embargo, el mayor o menor valor de estas características va a depender de los requerimientos de la estructura. Son determinadas por el ingeniero estructural o proyectista de la obra.
Igualmente, las propiedades del concreto fresco son definidas fundamentalmente por el tipo de la construcción, los métodos de colocación y el traslado.
Hormigón armado.
Está reforzado internamente con armaduras hechas de acero para optimizar su tenacidad, provocada por los esfuerzos de tracción. Es decir, trabaja a flexión. Su uso comenzó a finales del siglo XIX, desarrollándose mucho más a principios del siglo XX.
Las barras de acero se instalan en el borde de las piezas hormigonadas, que van a estar sometidas a tracción. Es así que se consigue una colocación con muy buena adherencia entre ambos materiales, donde las primeras soportan tracciones y las segundas compresiones. Si las barras son corrugadas mejoran muchísimo más la adherencia entre ambos materiales. Este hormigón o cemento armado se estila en todo tipo de construcción porque es sumamente versátil.
Fuente: https://www.rocasyminerales.net